04 junio, 2018 / 0 Comentarios A VUELTAS CON LOS SOUVENIRS Por Jone Pensamientos en mi cocina • Reflexiones “El mundo es un libro y aquellos que no viajan sólo leen una página” San Agustín Si buscas el significado de la palabra souvenir (suvenir) en la RAE te dirá que se trata de un objeto característico de un lugar, que sirve como recuerdo de un viaje a ese lugar. Me atrevería a asegurar que todos tenemos alguno, ya sea comprado por nosotros o que alguien de nuestro entorno nos trae, más como prueba de que se acordaron de nosotros, porque como prueba de que han estado allí ya se encargan las 1000 fotos que hacen y se empeñan en mostrarnos. Nada que reprochar, todos lo hacemos. ¡Ah los viajes! Pero volvamos al punto en el cual nuestra amiga, hermana, cuñado … después de sus vacaciones te hacen la solemne entrega del “suvenir” y no es precisamente la consabida camiseta de “estuve en… y me acordé de tí”, o de un imán para la nevera, aunque no sé si tiene algún sentido tener un recordatorio de ese lugar donde no hemos estado nosotros, pero en fin no me voy a poner tiquismiquis. El regalo en cuestión viene a ser un objeto decorativo que suele ser, un azulejo o plato para la pared, una figurita en forma de cocinero para meter los utensilios de madera, unos imanes para la nevera, un frutero, etc. (táchese el que proceda). Pero el problema empieza cuando en un alarde de valentía, te dicen: “te va quedar fantástico en la pared de la ventana de tu cocina, esa está tan desangelada”, y tú tragas saliva e intentando disimular con una tenue sonrisa y diciendo a la vez “¡ay que bonito!” y pero que para ser sinceros estás pensando, “¿pero qué hago yo con esto?”, si precisamente esa pared está así porque me gusta como está, vacía, o porque todavía no he visto nada que me guste. En definitiva, tu dándole vueltas a la cabeza y por las almonedas buscando eso tan especial y de repente ellos te “solucionan el problema”. Difícil encrucijada, ¿cómo no herir sus sentimientos sin herir tu sensibilidad?, téngase en cuenta que es un objeto que va a estar todos los días a la vista, ¡pero a la tuya!. Un sinvivir. Por eso una de mis máximas es, no comprar nunca ningún souvenir decorativo, ni para la cocina, ni para el resto de la casa a nadie de la familia o amigos. Si queréis regalar algo, permitidme esta sugerencia, en todos los lugares existen productos gastronómicos típicos. A mí por ejemplo mi prima Juana me regaló una paletilla ibérica (que suerte ¿eh?) y todavía me acuerdo, y sin necesidad de colgarlo en la pared. Besos. Souvenirs