Cocinas Reales

A pesar de titulo (sí, ya sé que es muy recurrente) vengo dispuesta a dárosla porque donde hay una lata hay un tesoro, a veces la misma lata en sí lo constituye, ya sea porque son heredadas o porque las compramos en un lugar donde estuvimos y nos trae lindos recuerdos, o tal vez porque venían con una caja de bombones o galletas que alguien nos regaló, el caso es que ellas se han hecho imprescindibles, sobre todo, en las cocinas que a estas alturas ya sabemos que nos ocupan, las de corazón y sentimiento.

Estoy segura que estas bellezas harán las delicias de tod@ «old fashioned» que se precie, la mayoría son de una plástica vintage irresistible, pero también las tenéis recicladas. Las latas son ideales y versátiles, ya sean para guardar condimentos y alimentos o como receptáculos de flores y plantas y todas tienen un nexo común; son queridas por sus dueñas.

Como no podía ser de otra manera para una amante de las bellezas vintage aquí tenemos dos de Vicky de @lo.devicky⤵

En esta vida lo que cuentan son las sensaciones, la tan buscada y deseada felicidad viene de la mano de esas sensaciones que nos producen las pequeñas cosas, esos gestos que nos acompañan diariamente y que quizás, no seamos conscientes de que contribuyen a endulzarnos este viaje tan sorprendente, en ocasiones injusto pero siempre intenso que es la vida.

Uno de esos gestos es pararse para tomarse un café, o quizás un té o una infusión de hierbas, como el apreciado mate de mis amigas argentinas.

Tomar cualquiera de estas bebidas normalmente forma parte de un ritual y además es la excusa (si es que necesitamos alguna) para hacer un alto y hacerlo además en grata compañía a la que siempre precede una buena charla, ya sea en tono intimo o desenfadado, pero que no me negareis que suponen un bálsamo para el cuerpo y para el alma.

Y es por eso que hoy os traigo un desfile de esos indiscutibles utensilios que toda cocina que se precie debe poseer.

Las veréis de porcelana, de loza, de alpaca, de acero inoxidable, clásicas, vintages, modernas, recicladas, como jarrones para flores o como tiestos para plantas, de todos los colores y hechuras.

Preparad el café, el té o el mate que ya están aquí

Toda cocina que se precie debe contar en su haber con una báscula o balanza. Y si además tiene la suerte de tener una antigua, a la que el paso del tiempo ha ennoblecido, estará de enhorabuena. Afortunadamente en los últimos tiempos estamos asistiendo a un autentico revival de todo lo antiguo, de lo vintage. Un nuevo renacer para muchas cosas que seguramente en otro tiempo no le hubiéramos dado una segunda oportunidad. Pero ahora, somos conscientes de la verdadera belleza que irradian, somos capaces de ver más allá; que el tiempo solo las ha dotado de una patina de nostalgia para convertirlas en las verdaderas joyas que siempre han sido. Por eso, y porque yo también soy una enamorada de las cosas hermosas, os traigo una recopilación de ellas.

Las primeras fotos de balanzas o basculas cuentan con ese plus que les ha dado el transcurrir del tiempo. No necesitan lucir nuevas, porque es justamente ahí donde radica su encanto.

Y todas, todas tienen un significado especial o una historia que contar, ya sea en forma de recuerdo o de versatilidad.