06 junio, 2018 / 0 Comentarios CROQUETAS DE COCIDO Por Jone Recetas • Salado Las croquetas, que nos han acompañado en nuestra infancia a la mayoría de nosotr@s, es en realidad una comida de aprovechamiento, inseparable del puchero de garbanzos, que se servía como comida principal y cuya carne se reutilizaba en las sabrosas croquetas. Las croquetas hechas con una suave bechabel, dan como resultado una receta sabrosa donde las haya. Después de haber hecho cientos de croquetas y no creáis que exagero, afirmo que el secreto de unas buenas croquetas radica en la suavidad de la misma. Una vez pillado el punto a la bechamel, el resto lo tenéis hecho. La versatilidad de esta receta radica en la cantidad de ingredientes que se pueden incorporar en el relleno de las mismas, champiñones, bacalao, jamón, morcilla, pollo, gambas…la lista puede ser tan larga como gustos de cada uno. Yo a continuación os mostraré la mía que es la del puchero de toda la vida. Derretimos la margarina, que dependiendo de la cantidad de carne tendréis que calcular. Yo para unos 800 grs. de carne de puchero utilizo unos 200 grs. de margarina vegetal. A continuación añado la harina, y como me gusta que no quede mazoque la salsa , le echo unos 150 grs. de harina y lo remuevo hasta que se mezclen muy bien. Cuidado con el fuego, yo en este paso le bajo la intensidad. Incorporamos la leche poco a poco (esta no debe estar fría, para evitar grumos), removiendo a la vez y cuando veamos que la mezcla adquiere una consistencia que no es ni líquida, ni gorda, es el momento de retirar del fuego. La dejaremos enfriar. Un poquito de nuez moscada. Añadimos la bechamel a la carne de puchero que previamente habremos cortado en trocitos pequeños. Como al puchero le añadí un poco de jamón serrano, también lo pique junto con la carne pero muy pequeñito. Llegados a este punto conviene probar de sal. Removemos bien y añadimos perejil. Dejamos reposar unas horas en el frigorífico. Sacamos la masa del frigorífico, le damos forma a las croquetas, las pasamos por huevo batido y seguidamente por pan rallado. Cuando el aceite de oliva virgen esté bien caliente, las freímos, teniendo cuidado que no se quemen. Las sacamos y ponemos en un recipiente con papel de cocina para que empape el aceite sobrante. Ya tenemos nuestras ricas croquetas. ¡Ahora toca disfrutarlas! Y Si tú tienes un truco para que tus croquetas rocen la perfección, no olvides enviármelo junto con tus fotos. Hasta pronto. infancia