Cocinas Reales

Cocinas de hoy y de siempre

FLORES EN EL CAMINO

«Sólo estás aquí para una breve visita. No te apures, no te preocupes. Y asegúrate de oler las flores a lo largo del camino.» Walter Hagen

Como ya he dejado constancia en casi todos los post de este vuestro blog, las flores, has sido y siguen siendo una constante en mi vida y  es que no puedo concebir una vida sin plantas y por extensión sin flores.

Por eso me gusta tanto esta época, cuando faltan  pocos días para  que la primavera lo sea de una manera oficial y las primeras y tímidas flores aparecen ya sean en la hierba, arbustos y árboles. Y os preguntareis que qué tiene esto que ver con las cocinas. Pues veréis con las demás no sé, pero con  la mía, mucho. Siempre hay flores en ella, siempre, siempre. Me alegran instantáneamente, magia pura, sin artificios. Y Los pequeños ramilletes de flores silvestres me ayudan a continuar con esta costumbre, os puedo asegurar que quedan igual de bonitas y de lucidas.

Dependiendo del tamaño los sitúo en la mesa o al lado de la ventana. Para mí son un regalo que la madre naturaleza nos hace y por eso os animo desde aquí a que probéis hacerlo, cualquier envase sirve (en el post «FLORES EN LA COCINA, os puse varios ejemplos) y para ello no tenéis más que mirar con otros ojos a vuestro alrededor.

Estas flores silvestres adornan sin darse importancia mi mesa de la cocina, llevan varios días y no tienen nada que envidiar a las flores compradas, ¿no os parece?

 Y aquí abajo os dejo un pequeño recopilatorio de todas las flores que  me he ido encontrando en mis paseos, y que nos va dejando pequeñas pinceladas como preludio de lo que nos deparará la primavera cuando por fin alcance su plenitud. Gracias a la maravillosa tecnología de la que no sé si se lo agradecemos lo suficiente, puedo sacar  fotos a estas pequeñas maravillas que la naturaleza nos brinda para nuestro deleite y que la mayoría de las ocasiones nos pasan desapercibidas. Esto podríamos extrapolarlo a esas cosas o momentos de nuestra vida cotidiana, que por estar siempre ahí ya no las valoramos en su justa valía.

¿Qué aspecto tendría la primavera sin las flores?. Nos resultaría inconcebible esta estación sin ellas. Flores y más flores, en los parques, en las glorietas, en los arcenes de la carretera. Algunas de ellas salen espontáneamente,  no dejo de maravillarme por ello, año tras año retornan, una y otra vez no faltan a su cita. No somos conscientes de ello y afortunadamente a ellas no  parece  importarles nuestra indiferencia. Son las mismas flores de siempre diréis. Si, es verdad, están presentes desde nuestra niñez, nos resultan tan familiares y estamos tan acostumbrad@s a ellas que apenas las prestamos atención,  una verdadera lastima sin duda

Aquí abajo os dejo unas cuantas fotos de las que he fotografiado, son muy buenas modelos y  posan con toda «naturalidad» y salvo que alguna pequeña ráfaga de aire (quizás un poco envidioso) decida entorpecerme  justo en el instante de enfocarlas considero que me  han quedado muy lucidas.

EN LA HIERBA

Estas pequeñas flores crecen en la campita al lado de mi casa y como podréis comprobar en la foto de abajo lucen sin complejos al lado de las moradas.

¿Os hicisteis en vuestra infancia un collar o una pulsera de margaritas? Qué magnifica visión ver un campo, jardín o parque repleto de ellas, ¿no os parece?.

Estas flores de un color malva intenso, crecen en la arena, al principio de la playa. ¡La naturaleza nos sorprende con cosas tan maravillosas como estas!

EN LOS ARBUSTOS

EN LOS ARBOLES

El maravilloso magnolio situado cerca de mi casa ha comenzado a regalarnos sus primeras flores.

Este melocotonero repleto de flores pertenece a Isabel, que me ha regalado una bonita rama que luce pletórica dentro de mi damajuana, engalanando mi cocina de primavera, tal y como os muestro en las 2 siguientes fotos de abajo. 

Las calas también son un obsequio de ella. Se lo agradezco infinitamente.

Flor, me encanta este nombre, me ha envidado las fotos de su magnifico árbol repleto de mimosas y de su arbusto de alhelí que está rebosante de flores y de color.

Por cierto y al hilo de las flores, ya hice un primer viaje al vivero, me podía la impaciencia, no compré más porque me da miedo que alguna helada nocturna me estropee o mate alguna, como ya me ha ocurrido algún año, con el consiguiente disgusto. Volveré avanzada la primavera y cuando comience el verano, que espero y deseo que este año sea benevolente con nosotro@, l@s enamorad@s del sol, la luz y el calorcito.

Y un rato más tarde este es el resultado. Por fin mi cocina tiene aire primaveral.

Por cierto os recuerdo que el sorteo continúa, así que si todavía no habéis hecho vuestros comentarios, no lo demoréis más que este es un momento tan bueno como otro cualquiera.

Y ya me despido de tod@s vosotr@s esperando que este post os haya alegrado la vista gracias a la explosión de color que trae consigo la bendita primavera. Y si queréis ya sabeis que me podéis mostrar vuestras fotos como estas que os muestro abajo. Son de Isa que se ha acordado de mí en su estancia en Amsterdam, cuando ha visitado el maravilloso mercado de las flores. Gracias guapa por el bonito detalle.

Un beso y hasta pronto.