Cocinas Reales

Cocinas de hoy y de siempre

LA COCINA DE MERCHE

«El amor de una madre no contempla lo imposible». Charles Paddock

La casualidad esa gran caprichosa ha querido que la dueña de la cocina que hoy os enseño tenga el mismo nombre que la dueña de otra cocina que publiqué el 21 de julio del año pasado.

Fachada de la casa de merche, ella me esperaba a la izda. no quiso salir y yo respeto su decisión
Entremos a la cocina de Merhe…

Llegué a su casa una tarde de enero en la que un chirimiri apareció sin ser invitado en el mismo momento de la presentación, pues tengo que reseñar que la dueña me invitó a conocerla «in situ» dándome la opción de poder hacer las fotos que a mí más me convenieran. Debo decir en honor a la verdad, que al margen de la cocina, que era el objeto principal de mi visita esta casi se convirtió en algo secundario a tenor de la conversación que la dueña de la misma y yo mantuvimos en esa maravillosa estancia que se convirtió durante un largo rato en testigo mudo de nuestras confidencias. Hablamos y hablamos… pues Merche resultó ser una gran conversadora. Y como no hubiera podido ser de otra manera, el nombre y la figura de su madre, fallecida no hace mucho tiempo apareció en esa conversación. Yo que hace muchos años perdí a la mía supe entender lo que significaba en su vida esta ausencia tan significativa. La perdida de una persona amada es siempre triste, amarga, injusta e inconcebible.

Creo firmemente que este tipo de empatía no se hubiera podido dar en otro lugar de la casa. La cocina es el epicentro de ella, lugar no sólo de trabajo si no de reunión y por lo tanto de conversaciones y confidencias. Una desgracia en común y de esta relevancia es algo que une . Y esas conversaciones en las que se desgranan los sentimientos, las emociones y las sensaciones, son terapéuticas. Y todo eso queridos amig@s estoy segura no es baldío. Creo firmemente que el tiempo dedicado a hablar nunca es perdido, al contrario, la mayoría de las veces encuentras consuelo al saber que la persona o personas con las que en ese instante compartes sienten lo mismo y eso es un bálsamo para el alma.
Necesitamos saber que no somos los únicos en el universo a los que les ocurre y de alguna manera nos alivia. Ocurre con
las penas pero con las alegrías también, de qué nos servirían si no las podemos compartir.

La nostalgia, en pequeñas dosis y si no te impide avanzar es el tributo debido al pasado y a los que estuvieron a nuestro lado.

Pero no penséis por esto que os acabo de contar que fue un encuentro triste. Al contrario hablamos de muchísimas cosas y todo en un tono distendido y amable. Merche resultó ser la persona, alegre y gentil tal y como me había parecido en las dos ocasiones que hablamos previamente por teléfono.

Bonitos y personales detalles. No me negareis que un jamón no es un buen detalle en una cocina, lo mires por donde lo mires?
¡Pero que ven mis ojos! una gallina que ya forma parte de nuestro particular gallinero del post «GALLINAS EN LA COCINA»?
Esta preciosidad de cocina, de leña o carbón, luce omnipresente en una esquina de la cocina.
¡Me encanta! como todo lo antiguo. No está de adorno, Merche le da su merecido protagonismo utilizándola con leña.
Estores confecionados por Merche

Con esta cocina vuelvo a incidir en un pensamiento que creo haber expresado con anterioridad, a las cocinas independientemente de estilos, tamaños y decoración las hacen acogedoras las personas que las habitan y este es un claro ejemplo de ello, os lo puedo asegurar. He vuelto a coindicir con Merche un par de veces, de pasada, así que quiero aprovechar la publicación del post de su cocina para reiterarle las gracias no sólo por haberme enseñado su cocina sino por la oportunidad de haberla conocido.

Y a vosotr@s amig@s «reales» no me queda más que daros las gracias por estar ahí y dedicarme un ratito de vuestro tiempo. Hasta pronto.

Por cierto quiero recordaros que aún continua el sorteo de la taza y la tetera, tenéis hasta el 3 de abril de plazo para vuestros comentarios. ¡Animaros y suerte!