18 abril, 2018 / 0 Comentarios MINIMALISMO Por Jone Estilo propio “La vida interior necesita una casa confortable y una buena comida.” David Herbert Lawrence Hace ya algunos años una tendencia “el minimalismo “ invadió por así decirlo muchos aspectos de la vida. Todo lo “IN”, era minimalista, recuerdo esas pasarelas con chicas escuálidas y caras blancas, que estoy segura que también lo estarían debajo del maquillaje gracias a la no ingesta de alimentos y a la notoria falta de nutrientes por lo que no habría hecho falta maquillarlas de blanco para darles esa falsa apariencia de levedad necesaria para llevar unas prendas sin ningún tipo de adorno y que a mí me parecían aburridas hasta el desmayo. ¡Pero no!, el minimalismo no se conformó con la moda o la arquitectura, sino que tuvo la osadía de pasar a la decoración y por extensión a las cocinas . ¡¡¡Horror de los horrores!!!. Y lo malo es que aún perdura, pero no sólo porque las personas que en el momento álgido del seguir la corriente del momento. Lo peor de todo esto es que “aún” se venden y colocan esas cocinas inexpresivas, frías. Respeto todo tipo de gustos, cada persona es libre de decorar su casa como le venga en gana, faltaría mas, quien soy yo para criticar a nadie por sus gustos. Pero es que estas cocinas por lo general grandes presentan un aspecto desangelado, he estado en algunas y me reafirmo pero también tengo que decir que son las personas las que con su presencia y conversación hacen acogedoras las cocinas . Yo represento la antítesis de lo minimalista, adoro las cocinas con un perfecto desorden, que huelen a comida, porque no hay que perder la perspectiva, la cocinas son para cocinar y en esas estamos, que hay de malo en ver unas sartenes, una espumadera… Me gusta ver que es una cocina y no un espacio tan aséptico como un quirófano. En la cocina minimalista, no veo nada de nada. Para mí es como entrar en un planeta inhóspito. ¿Porqué esconden todo? Nada por aquí nada por allá, ¿pero dónde está la gracia o el estilo de “no ver nada” y “no oler nada?. No veo, no huelo, por lo tanto no siento. Me quedo sin sensaciones. Es una cocina de adorno