05 enero, 2019 / 0 Comentarios UNA FAMILIA «REAL» Por Jone Pensamientos en mi cocina «Todo hombre debe nacer de nuevo el primer día de enero. Comenzar una nueva página» Henry Ward Beecher Confieso abiertamente que las navidades desde hace unos años no son precisamente mis fiestas favoritas, me sumo a todos los que piensan o mejor dicho sienten que la Navidad sería algo absolutamente prescindible en su vida (de poder elegir, claro está). Una cosa está clara, el tan cacareado del espíritu navideño brilla por su ausencia. El espíritu comercial es el que impera, y que conste que entiendo que las empresas aprovechen el tirón, al igual que lo hacen con otras fechas, ya sea halloween, carnavales, dia del padre, de la madre, de los enamorados… Pero ocurre que con estas es mucho más fácil evadirse, pero con la Navidad y sobre por todo lo que convella, es imposible. La Navidad definitivamente es para los niños y los jóvenes, los primeros con su inocencia y los segundos con su despreocupación, la viven intensamente. Y es a través de ellos como yo disfruto de estas fiestas. Analizando mis sentimientos para con estas fechas me he dado cuenta que en Navidad tengo una gran contradicción. Me ocurre como en esas películas en los que el o la protagonista se encuentra en una encrucijada y a la izda. de su hombro se posiciona el demonio y a la derecha el ángel. El demonio me susurra «el frío, la noche, el vaivén de comida y sobre la inmensa añoranza de mi madre. Pero el angelito me recuerda, las risas, poder reunirnos un día al menos, pues el resto de año estamos demasiado ocupados y las circunstancias, con su tiranía nos lo impide. Así que en cierto modo esa «obligatoriedad» bienvenida sea. Por lo que el balance final siempre es positivo. A los Reyes magos pido SALUD, para poder afrontar los reveses de la vida, pero también los maravillosos momentos que ella nos ofrece y tener la suficiente clarividencia para darnos cuenta de lo que verdaderamente importa de la vida. Abajo os dejo unas cuantas fotos de la Nochevieja y Año Nuevo del 2018 y 2019 . Seguramente similares a los momentos que se viven en vuestras casas y sobre todo en vuestras cocinas. Mi hermana derrochando glamour en la pequeña cocina de mi padre. Fregar, sí, pero con estilo. Toda celebración que se precie necesita la presencia de un «cuñado», el nuestro, David, nos prepara, con muy buen predisposición por cierto, todos los años, los indispensables langostinos. En la pequeña cocina están mi hijo mayor, un hermano y mi sobrina adolescente, con el teléfono en la mano, como no podía ser de otra manera. Mi madre decía que en toda las casas debería haber un niño. Nosotros tenemos la inmensa suerte de contar con dos, de 6 y 4 años. Ahí tenemos a Egus preparando unas rabitas para ellos. Lo que viene después de la cena es, una cacharrada tremenda, en la que el reducido espacio de la cocina hace que durante un rato el aspecto sea caótico. Como siempre, es que no aprendemos, nos hemos pasado con la cantidad de preparaciones y en la nevera no queda sitio, pero tenemos un truco, lo sacamos al balcón, la gélida temperatura mantiene a los alimentos en perfecto estado para el día siguiente.❄? Preparados y con las uvas, ya daban los cuartos, frente al televisor, preparados y la decisión de todos los años: los clásicos: «que las vemos en la 1» y ellos, como no: «que mejor con la Pedroche», callaros, que empieza, que no oigo, subir el volumen…1, 2, 3… ¡FELIZ AÑO NUEVO». Hasta pronto, un beso.