LA TERRACITA DE MI COCINA

Mi pequeña cocina cuenta con la ventaja de tener dos entradas de luz, la que me proporcionan una ventana y una puerta. Esta última da a una pequeña terracita que alegra mi día a día. Es increible como un espacio tan pequeño puede darme una gran satisfacción. En un principio, no pude aprovecharla, no por no tener una visión estética de que hacer con ella sino más bien porque las exigencias de una vida familiar y la falta de tiempo que conlleva no me permitieron darle otro uso que el meramente funcional, lo que se tradujo en colocar un tendedero, que perennemente estaba a pleno rendimiento y que ocupaba todo el espacio. Creo haber dejado constancia en otro post (COCINA GRANDE O COCINA PEQUEÑA) que esta pequeña cocina es la que uso diariamente pero sólo desde agosto de 2017.

Este post trata de esta terracita, a la que paulatinamente he ido incorporando nuevos detalles para darle un merecido protagonismo y para mí es una extensión de mi cocina. Os puedo asegurar que nada me gusta y me relaja más que ver las plantas y flores que habitan en ella. Cuando alguna se estropea o muere, (cosa innevitable como seres vivos que son y teniendo en cuenta que algunas son anuales o bianuales, excepto algunos bulbos que vuelven a salir en la siguiente temporada) no puedo evitar sentir un poco de tristeza. Como podréis apreciar por las fotos, la terracita ha evolucionado y mis suculentas han aumentado considerablemente en número. Os las recomiendo a tod@s, sobre todo a l@s que decís que no tenéis mano con las plantas. Ellas están siempre ahí, a pesar de las inclemencias del tiempo. Son muy agradecidas y sólo necesitan un mínimo de cuidados y a cambio os regalarán con su hermosa presencia una alegre y vistosa compañía. Estoy segura que entre la multitud de variantes que existen estarán las tuyas. Una vez que tengas una, de una cosa estoy segura, y es que no será la ultima . Actualmente estoy liada con su propagación y he obtenido algunos resultados con los que estoy entusiasmada (más adelante os contaré mis progresos con ellas). Tienen un lento crecimiento, pero me asombra su capacidad de reproducción. Y como podréis comprobar por las fotos, en la terracita siempre hay flores. Las de los tiestos las voy cambiando. Cuando comienzan las estaciones las sustituyo por otras nuevas. Es el inevitable ciclo de la vida de estos maravillosos seres vivos, mientras para unas acaba, para otras empieza.

He estado buscando fotos de cuando la terraza estaba desangelada, en la época en la que no tenía ni mesa, ni los tiestos blancos colgados. y ni mucho menos flores. No me ha sido posible encontrarlas, normal, porque no existen. Este balconcito no tenía vida y por lo tanto no le saqué ninguna instantánea. Fue durante el verano pasado cuando le incorporé unas mariposas blancas, con las que estoy absolutamente complacida, se ven desde cierta distancia desde la calle y me encanta el efecto. En un rincón tengo un par de sillas plegables para mí y la compañía.

Os dejo una serie de fotografías de como la terracita ha evolucionado y luce durante las estaciones.

Y ya me despido de vosotr@s esperando que os haya gustado mi pequeña terraza, que estoy segura que seguirá evolucionando.

Os recuerdo que el próximo día 4 de abril haré el sorteo de la taza y la tacita, por lo que todavía estáis a tiempo de mandarme vuestros comentarios l@s que lo habéis dejado para la última hora. En el siguiente post pondré el nombre del afortunado o afortunada. Para cualquier duda consultar el post «PRIMER ANIVERSARIO».

¡Hasta pronto!